Sal en la memoria
Quizás el último giro de mi vida
sea un largo susurro sordomudo,
ausente ya de color y sombra
y envuelto en la penumbra de la sinmemoria.
En ese caos sereno que produce el olvido,
tal vez habrá un sabor a playa, a olas y sal,
que me recordará aquel insólito amor
con el que me estremeció una mujer,
elevando al máximo exponente la libertad;
y entonces, quizás por unos instantes,
sabré el motivo por el que mi corazón
golpea el pecho enérgicamente
cuando una peculiar fragancia
ilumina la penumbra de mis recuerdos.
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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1 comentario:
Cuando un poema te encoje el corazón,te hace temblar y necesitas seguir leyendo y leyendo...Felicidades...Ojalá se quede ese sabor a olas y a sal para siempre y siga iluminandote para escribir tesoros como este...
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